Ante la crisis, el liderazgo solidario y responsable de Riisa:
Procurar el bienestar emocional y la integridad física de los colaboradores e invertir en alianzas creativas de apoyo a la comunidad.
Riisa es una empresa del giro de reciclaje con un fuerte programa de filantropía que realiza a través de su Fundación. En esta entrevista, Mariana Aguirre [M], Gerente de Responsabilidad Social de la empresa nos cuenta cómo se han modificado algunos de sus programas para responder de forma oportuna y pertinente a la pandemia.
BC: ¿De qué manera la pandemia ha afectado el trabajo filantrópico de RIISA y cuáles son las implicaciones más importantes que ha tenido el COVID-19 para el trabajo y misión de la empresa?
M: La contingencia por COVID-19 nos invitó a ser flexibles y creativos; explorar nuevos caminos. Desde la Fundación, si bien, educación y conservación son los temas estratégicos, a partir de la pandemia integramos una línea de acción a la que llamamos Salvando Vidas. En esta nueva línea nos sumamos a 9 iniciativas que agrupamos en 4 categorías: atención médica; donde nos sumamos a #RespiraNL y a Contagiemos Solidaridad; apoyo asistencial integrándonos a #AbrazaNL, a Red Solidaria Campana-Altamira y a Selider; bienestar emocional, apoyando a Ingenium y a Alternativas Pacíficas; y reactivación económica colaborando en #ReactivaNL y aliándonos con Cemex en el impulso de proyectos productivos en sus centros comunitarios.
De cara a las organizaciones de la sociedad civil, nuestros aliados en la transformación social, lanzamos tres convocatorias, una para entregar becas a líderes de organizaciones de la sociedad civil para dos cursos en temas de bienestar emocional, impartidos por Ingenium, una segunda para donar cubrebocas a quienes la requieran para su operación y una tercera, en coinversión con Fundación Comunidar para apoyar económicamente proyectos de Conservación en Nuevo León.
Al interior de la empresa, conscientes de que la emergencia sanitaria tendría consecuencias en la salud emocional y con el objetivo de generar entornos sanos y procurar el bienestar de nuestros colaboradores y sus familias, se hicieron alianzas con organizaciones como Ingenium y otras fundaciones como Fundación Femsa para compartir material con recomendaciones y recursos para sacar el mayor provecho a este tiempo y lograr una convivencia en armonía. Además, lanzamos un concurso al que llamamos “Amigos de Fundación Riisa”, para promover, mediante actividades a realizar en casa y en familia, la vivencia de los 5 valores de la Fundación: descubrir lo que somos capaces de hacer, conservar nuestro entorno, apreciar nuestros recursos, transformar las comunidades y familia como motor de la sociedad. Todo esto con muy buenos resultados.
También se establecieron medidas para cuidar la integridad de los colaboradores de la empresa para continuar nuestras operaciones, que son catalogadas como esenciales.
Se instauró un rol para trabajar en modalidad home office, y se envió a casa a los colaboradores cuya situación de salud los situara como población vulnerable.
A través de los medios de comunicación internos se dieron a conocer síntomas y medidas de prevención ante el covid-19, además de pláticas de sensibilización y capacitación en los protocolos de la secretaría de salud.
Se tomaron acciones de seguridad en el trabajo instaurando un protocolo de acceso a oficinas con medidas como la toma de temperatura, aplicación de un cuestionario de síntomas, uso de gel antibacterial y lavado de manos, uso obligatorio de cubrebocas, tapete sanitizante y el mantener una sana distancia de 1.5 metros entre colaboradores. Están disponibles pruebas rápidas para casos sospechosos o probables.
Las áreas y equipos de trabajo son sanitizadas cada dos horas y se instalaron lavabos por toda la planta.
BC: ¿Crees que la Responsabilidad Social sigue siendo igual o más relevante a partir de esta pandemia?
M: Aunque la responsabilidad social siempre ha sido relevante y ser un negocio consciente es vigente bajo cualquier circunstancia, sin duda, en momentos de crisis, cobra mayor relevancia, así como la necesidad de ejercer un liderazgo solidario y responsable. En las crisis siempre hay oportunidades ocultas y la pandemia nos ha invitado a tener prácticas más sustentables, y a reinventarnos con base en la empatía, la innovación y la corresponsabilidad.
BC: RIISA tiene una fundación de segundo piso (es decir, fondea iniciativas), qué consejo le puedes dar a organizaciones similares?
M: Algunos de los aprendizajes que nos está dejando esta pandemia además de la flexibilidad, es el gran impacto que tiene trabajar en alianzas; Todas las 9 iniciativas a las que nos sumamos a través de la línea Salvando vidas, se realizan en alianza, ya sea con una organización de la sociedad civil, con otras fundaciones de segundo piso o bien con la comunidad en general, no hicimos nada solos, cambiar el yo por el nosotros hace toda la diferencia.
El otro consejo es ser creativos, hay apoyos que pueden tener un doble impacto, un ejemplo es la iniciativa de proyectos productivos en centros comunitarios a la que nos sumamos y en donde nuestro recurso se destinó a comprar los cubrebocas que ahí se fabrican; Así es que, mientras por una parte impulsamos la economía familiar de quienes laboran en los centros comunitarios, los cubrebocas adquiridos se donaron a 8 organizaciones de la sociedad civil que aplicaron a nuestra convocatoria de apoyo.